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Como parte de su formación de posdoctorado, Silvina Talamoni, integrante de la Dirección de Planeamiento y Comercialización, realizó un estudio de impacto del programa de “Diversificación de la Producción Orgánica” del instituto. Te compartimos su reseña de la publicación, que busca contribuir con el diseño de herramientas orientadas a analizar el retorno de las políticas y programas implementados por el sector científico y tecnológico.
Este trabajo surge de la necesidad de medir el impacto social, económico y tecnológico que las distintas intervenciones de la política pública generan sobre la sociedad en general. En primer lugar, no debemos confundir la evaluación del impacto con la evaluación de resultados o monitoreo. La primera permite esencialmente conocer si una intervención generó o contribuyó con el cambio esperado. Su importancia radica en que la información provista en el proceso de evaluación permite verificar la eficacia y eficiencia en el uso de los recursos públicos, evaluar el diseño de los programas implementados, su pertinencia, sostenibilidad y grado de apropiación de los resultados de largo plazo entre los beneficiarios.
En Argentina, existen muy pocas expresiones de institucionalización de la evaluación de impacto. Ninguno de los cinco proyectos de ley presentados para la creación de una Agencia de Evaluación de Impacto logró ser sancionada en el Congreso. Por ello, en el marco de un curso de posdoctorado en evaluación de impacto dictado por la Universidad Nacional de Córdoba, trabajé en el diseño e implementación de una primera aproximación de evaluación de impacto en un programa específico del INTI. Concretamente, este trabajo tiene como objetivo general analizar la contribución del programa “Diversificación de la Producción Orgánica” a la promoción del desarrollo del sector orgánico en nuestro país. Para alcanzar este objetivo, se trabajó realizando entrevistas en profundidad y analizando los proyectos elaborados por la mayor parte del equipo INTI en esta línea de trabajo. Deseo agradecer especialmente por su apertura y confianza, a la coordinadora del programa, la licenciada Nadina Cazaux.
La medición del impacto de un programa de este tipo posee ciertas particularidades. Primero, se requiere el uso de distintas fuentes de información, la intervención de una multiplicidad de procesos y actores y un análisis en diferentes ámbitos de impacto y niveles. Además, la naturaleza de estas actividades es intangible, con lo cual es difícil medir el impacto social de sus beneficios. Finalmente, en este campo no se aprecia un consenso o normativa con respecto a una metodología de evaluación o un sistema de indicadores lo suficientemente probados y consolidados. En este sentido, este trabajo contribuye al desarrollo y perfeccionamiento de las metodologías de evaluación de impacto desde los institutos tecnológicos. Una de las principales conclusiones de este trabajo es que la falta de definición “ex ante” de indicadores para el seguimiento del programa y sus proyectos tecnológicos, constituye un factor determinante para la evaluación de impacto de un programa de intervención de INTI en el territorio. Queda de manifiesto el desafío de implementar una herramienta que permita evaluarlo de una manera más abarcativa para el conjunto de servicios tecnológicos brindados por el sector alimentos y por el INTI en su totalidad.
La publicación se encuentra disponible en nuestro Repositorio Institucional. Hacé click aquí.
Silvia Talamoni
