PTPSNC
Propone concentrar acciones de intervención tecnológica de asistencia y cooperación con grupos vulnerados, a partir de hacer frente a problemas sociales y ambientales, con el objetivo de que sean resueltos comunitariamente.
La creación del Programa de Tecnologías de Producción Social para Necesidades Comunitarias (PTPSNC) surge de una propuesta conceptual y operativa de Enrique Martínez, expresidente del INTI, quien siempre se ha comprometido, desde la tecnología, con el fortalecimiento de las capacidades productivas del entramado social.
El conjunto de acciones requerido para desarrollar el programa está enmarcado en dos conceptos principales, que a su vez se enlazan entre sí: el de producción social y el de necesidades comunitarias.
El primero refiere al tipo de acciones productivas que se ejecutan para resolver problemas sociales o ambientales.
El segundo es efectivamente el tipo de demanda existente en la comunidad, que, en cada caso, requiere que se aborde con tecnologías que reproduzcan y fortalezcan aquellas formas comunitarias, tanto en su diagnóstico como en su funcionamiento y resolución.
El programa plantea un abordaje tecnológico y social, lo cual significa aportar una mirada integral de las problemáticas para dar respuestas técnicas adecuadas, por eso se propone como un espacio de práctica reflexiva, de actividad tecnológica y de investigación social.
INDUSTRIA Y PRODUCCIÓN SOCIAL
Si bien no existen a priori sectores industriales definidos en la intervención del programa, sí existen empresas tradicionales que pueden participar desde otra función al presente proceso.
En una lista abierta de posibilidades, las empresas tienen demandas de algún servicio técnico necesario para su funcionamiento, que pueden ser satisfechas con la intervención de tecnología, desde la producción social.
Asimismo, se espera contribuir al ambiente a partir de técnicas o procesos de remediación, reciclado o rediseño en el sentido de la economía circular, aprovechando mermas y descartes del proceso productivo industrial.
Además, existen bienes de capital que pueden ser desarrollados por empresas a partir de las necesidades de escala que tienen los proyectos de producción social a los que apunta el programa, o lograr formas de automatización y robótica que reduzcan esfuerzos físicos, sin desplazar personas del proceso productivo.
El diseño que dio origen al programa incluye la creación de Parques de Producción Social en lugares seleccionados a partir de condiciones estructurales de su población, de sus capacidades institucionales, así como de la existencia de empresas que, a través de alguna de las acciones mencionadas, aumenten las posibilidades de empleabilidad de la región.
Los logros que en este sentido se puedan alcanzar abren la posibilidad de ampliar las características de la industria argentina, y hasta de fundar nuevas fábricas de bienes novedosos y originales.
LA TECNOLOGÍA Y SU CARÁCTER RELACIONAL
Existe una situación estructural de problemas sociales como la desocupación y la pobreza que son el resultado de diversos factores, algunos de ellos relacionados con el sistema productivo, a los que se suman cuestiones coyunturales de tipo económico que agravan la situación socioeconómica, especialmente la de los grupos más vulnerados.
La tecnología, además de un conjunto de técnicas y saberes para lograr determinados fines, tiene un carácter relacional.
Así como en una etapa inicial la tecnología industrial convocó oportunamente a millones de personas al sistema productivo, alineando sus trayectorias de vida a las empresas de forma casi lineal, posteriormente contribuyó al desplazamiento de grandes masas de trabajadores ocupados en actividades industriales o de servicios, producto de los avances en la automatización al reemplazar por máquinas el trabajo humano.
Por otra parte, el planeta en general, y la Argentina en particular, sufren las consecuencias de un sistema productivo basado fundamentalmente en el extractivismo y en niveles incrementales de residuos (con incorrectos o incompletos esquemas de gestión y de tratamiento), que provoca transformaciones negativas para el ambiente y para la vida.
Estos y otros dramas de la realidad actual son mayormente encarados desde el propio sistema que los provoca, por lo que las soluciones se presentan casi exclusivamente como resultado de acciones a gran escala sobre las que es más difícil lograr acuerdos, teniendo en cuenta los poderosos intereses que se enfrentan.
La producción social organizada para atender prioritariamente las necesidades comunitarias plantea el desafío de formular nuevos criterios de evaluación de proyectos, en función de crear y disponer de nuevas tecnologías y criterios para la producción, distribución y/o comercialización de los bienes y servicios que se generen en tal contexto.
El cuidado del ambiente y el uso creciente de energías renovables y los sistemas de conectividad comunitaria tienen, en la producción social, un territorio para la creatividad tecnológica.
EL INTI Y LA PRODUCCIÓN SOCIAL
En el INTI se han asumido, e incluso promovido, demandas de grupos sociales no tradicionales para la institución hace ya muchos años.
Sin embargo, existe un amplio margen para lograr la sistematicidad necesaria para transformarlas en una línea de acción tecnológica más, porque el impulso institucional ha ido variando según el sentido que cada gestión quiso imprimir al INTI. Este riesgo sigue estando presente como tantas otras cuestiones problemáticas, sea en el ámbito del INTI, en el Estado, como en toda la sociedad.
Los aprendizajes obtenidos en una larga experiencia previa suponen un punto de partida para reducir los riesgos señalados.
En este sentido, el programa se propone sistematizar y modelizar las experiencias que se aborden a través de la investigación, la divulgación interna y el intercambio entre especialistas, a fin de construir y consolidar modos de intervención que fortalezcan la dinámica propia.
Hace décadas, la dinámica que hacía posible la difusión de la tecnología en la sociedad se canalizaba casi exclusivamente a través de las empresas. En la actualidad, cientos de miles de personas encaran sus emprendimientos productivos con capacidades surgidas en la necesidad de mejorar sus ingresos, y en muchos casos para alcanzar una mínima subsistencia.
Estamos hablando de un universo de personas y organizaciones que cada vez más orientan sus prácticas hacia lo productivo, con necesidad creciente de incorporar y fortalecer técnicas para mejorar productos y servicios.
Dichas capacidades pueden ser fortalecidas generando más y mejor tecnología, estableciendo nuevas dinámicas para su difusión en la sociedad, que colaboren en la reconstrucción de una sociedad más equitativa a partir de ser más productiva.
Julio Canestrari y Virginia Kuklis
produccionsocial@inti.gob.ar.
