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2022-08-30

DERECHOS HUMANOS

Las marcas de la memoria en el PTM

Un recorrido por el Parque sobre las distintas intervenciones territoriales que dejaron su huella en la historia del INTI y en sus trabajadores y trabajadoras.

Las distintas intervenciones del PTM fueron realizadas con la vuelta de la democracia.
A lo largo de sus 19 héctareas se alojan distintas marcas ubicadas al aire libre, sobre edificios emblemáticos

El Parque Tecnológico Miguelete está ubicado en la provincia de Buenos Aires y fue el lugar desde donde se persiguió y despidió masivamente a trabajadores y trabajadoras a partir del golpe de 1976; en donde trabajaba María del Carmen Artero, dirigente gremial y testigo del asesinato del Padre Mugica, detenida y desaparecida en octubre de 1978 y desde donde, con complicidad de las autoridades institucionales, se secuestró a Alfredo Giorgi, en noviembre 1978.

Desde este predio, y en plena dictadura, según testimonios de trabajadores, fueron llevados en micros compañeros y compañeras a la antigua sede del INTI ubicada sobre la calle Libertad, Ciudad de Buenos Aires, para averiguación de antecedentes; compañeras y compañeros se movilizaron para repudiar el secuestro de Giorgi y Artero, los despidos arbitrarios y las persecuciones. Pero también este mismo Parque fue el ámbito de organización que impulsó, con la llegada de la democracia, el armado de una Comisión de Derechos Humanos -conformada por trabajadorxs y “sobrevivientes”- que exigió a las autoridades investigar sobre la existencia de “listas negras”; recibió a los expulsados del gobierno de facto -quienes recuperaron sus puestos de trabajo hacia mediados de los 80-; en donde se realizaron actos conmemorativos y de reparación de legajos y tuvo entre sus trabajadores a Mario Cesar Villani, sobreviviente de cinco centros clandestinos de tortura quien con su testimonio en juicios de lesa humanidad brindó información sobre 199 secuestrados y 132 represores.

La historia del INTI, de su forja, de sus líneas de trabajo y de los aportes a la sociedad avanza en paralelo con la historia, la organización y la resistencia de sus trabajadores y parte de las intervenciones que hoy en día se encuentran en el Parque pueden ser un punto de partida para pensar la relación entre espacio y la memoria. Porque de acuerdo a Luciana Messina “Delimitar espacios, señalizar sitios, recuperar lugares, marcar territorios, inscribir placas, conservar huellas, restaurar edificios, emplazar baldosas, erigir monumentos y construir museos son prácticas privilegiadas para elaborar, resignificar y transmitir pasados atravesados por violencia institucional, represión política, genocidios, dictaduras y guerras en los más diversos lugares del mundo”.

Las distintas intervenciones con las que nos topamos al caminar el PTM fueron realizadas con la vuelta de la democracia, por sus trabajadores; por el personal expulsado, familiares, organizaciones de DDHH y autoridades institucionales. Estas iniciativas tuvieron y tienen como fin conmemorar a los compañeros desaparecidos, repudiar al Estado terrorista y aportar, desde distintas iniciativas de gestión de la memoria, un ámbito para repensar nuestro pasado reciente, un pasado que se entrama con nuestro presente y futuro.


Cartografias colectivas 
Las marcaciones territoriales detectadas están ubicadas al aire libre, las placas en las paredes de edificios, los monolitos con inscripciones junto a árboles que crecen en cercanías de edificios emblemáticos (en general, lugares de trabajo de Maria del Carmen Artero, Alfredo Giorgi y Mario Villani), carteles de señalización que marcan los nombres de las calles; árboles sin señalización plantados antaño en homenaje a las víctimas, murales y un jardín materno infantil que a partir del año 2022 lleva el nombre de “Maria del Carmen Judith Artero” son solo algunas de las expresiones detectadas a lo largo de las 19 hectáreas del Parque. Toda esta diversidad de materialidades son clave para la conformación de la memoria y son marcas que hablan de acontecimientos y actores del pasado.

Dada la variedad de intervenciones ubicadas se podría hablar de una diversificación del “lenguaje espacial de la memoria” (Schindel, 2009). ¿A qué se debe esto? Tal vez a que las intervenciones fueron impulsadas por diferentes actores en diversas coyunturas políticas y momentos históricos.

Breve historia del INTI
El instituto fue fundado en 1957 y tuvo como primer presidente a Salvador María del Carril hasta 1973. Seguidamente asumieron la dirección del instituto José Luis Albertoni (1973-1975), quien renunció en repudió del accionar de la Triple A y Eduardo Amadeo (1975-1976) quien luego del golpe de Estado fue desplazado y tomó su lugar el capitán José A. Rodríguez.

A partir de 1976 el INTI quedó bajo la órbita de la Marina y fue en este marco, hasta la vuelta de la democracia, cuando comenzaron a ser despedidos, perseguidos y expulsados sus trabajadorxs. El caso de Alfredo Giorgi, secuestrado desde el INTI con complicidad del presidente del instituto y del jefe de recursos humanos fue un caso que tuvo gran repercusión mediática en la década del 80: la denuncia y la investigación encabezada por los familiares de Alfredo tomó una gran magnitud al punto que fue uno de los casos que llevó a juicio a toda la Junta Militar responsable del golpe de Estado.

De acuerdo a testimonios de trabajadores y trabajadoras jubiladas, con la llegada de un nuevo gobierno constitucional, comenzaron las actividades de conmemoración. En este sentido las primeras placas fueron colocadas por trabajadoras y trabajadores entre 1984 y 1985 en la puerta del Instituto. Esta iniciativa autogestiva incluyó a familiares y a organismos de DDHH. Estas mismas placas quisieron ser robadas a fin del año 2021, pero fueron recuperadas por el personal de Portería y serán restituidas en las próximos meses.

La siguiente placa detectada data del año 1988, se encuentra colocada en la puerta del centro de investigación INTI Plásticos, desde donde fue llevado Alfredo. La misma dice: Alfredo Giori, a 10 años de su detención y desaparición juicio y castigo a todos los culpables. 27 noviembre de 1988. La placa no está firmada, tampoco hay registro en el legajo de Giorgi de alguna disposición institucional que le de un marco, por lo cual no es posible identificar, hasta el momento, a quienes organizaron su colocación.

Las otras dos placas que se encuentran allí están firmadas por sus compañeros y por la Junta Interna de ATE INTI - CTA y son del año 2003, conmemorando los 25 años de su secuestro. Hasta aquí, las primeras marcaciones del espacio ubican a las trabajadoras, trabajadores, familiares, organizaciones sindicales y organismos de DDHH como los primeros emprendedores de la memoria en el instituto.

Junto a estas placas otras intervenciones conviven en la entrada del centro de INTI Plástico: un mural, un stencil, iniciativas encaradas desde distintos actores en las últimas décadas. Actores diversos, en algunos casos anónimos, que asumieron la construcción de una memoria colectiva.

Algo similiar se encuentra frente a Química: siluetas y un stencil también se acompañan en homenaje a María del Carmen Artero.

“Las dictaduras y guerras internas en las sociedades latinoamericanas han atravesado diversas etapas y se han desplegado en frentes variados. Desde las transiciones democráticas o el fin de los conflictos armados, sucesivas “capas” de memoria se han ido sucediendo y los relatos sobre la experiencia de violencia se han hecho más complejos, ampliando el espectro de voces y de modos con que se nombra el pasado.” (Schindel 2009).

Una pregunta surge a partir de esta cita ¿Estas intervenciones pueden ser pensadas también como capas? ¿Hay una disputa territorial entre ellas, una marcación de actores, o se resignifican en su conjunto centralizando el recuerdo? 

En el caso de los murales, además de contar con una imagen, incluyen una breve historia de cada uno de sus protagonistas, poniendo en valor además su militancia. Pero “las marcas nos hablan no sólo del pasado rememorado y conmemorado en/por ellas sino también del “presente memorante” (Besse, 2005). Como ejemplo de esto último se puede tomar el mural de Villani sobre el que se puede leer:

Mario Cesar Villani, licenciado en física, secretario académico de la UNLP y trabajador de CNEA. Militante gremial y de Montoneros. Secuestrado en Parque Patricios el 18 de noviembre de 1977. Sobrevivió a cinco centros clandestinos de detención (Club Atlético, Banco, Olimpo, Pozo de Quilmes y ESMA) trabajando como mano de obra esclava. Luego de su liberación en 1981, trabajó en el centro de INTI Física hasta su jubilación. Declaró en la CONADEP, en los juicios a las juntas, en Francia, Italia, España y en los juicios del circuito ABO aportando datos claves sobre represores, CCD y personas secuestradas y desaparecidas. Falleció el 11 de febrero de 2021. Ex-desaparecido, sobreviviente, desaparecido-reaparecido.

Hacia el año 2014, impulsado por la Agrupación Peronista INTI Juventud, se procedió a nombrar a la calle interna N°4 María del Carmen Artero y a la calle N°10 Alfredo Giorgi. Esta iniciativa quedó plasmada en el Acta Ordinaria N° 12224 del 18/06/14.

Las iniciativas institucionales detectadas comenzaron también con la vuelta de la democracia, principalmente hay políticas de memoria halladas durante las presidencias de Alfredo Russo (1984/1985), Enrique Mario Martinez (1986/1988 - 2002/2011), Guillermo Salvatierra (2012), Ricardo Del Valle (2012-2015) y Rubén Geneyro (2019 - Actualidad). Estas iniciativas pueden ser divididas en dos grupo: unas que incluyen la reinstalación de los trabajadores despedidos por el gobierno de facto, la reparación de sus legajos y la reparación histórica de legajos de compañeros detenidos y desaparecidos, acciones de gran valor testimonial y reparatorias pero que no dejaron marcas en el territorio.

Otras, que se impulsaron posteriormente, implican una intervención en el paisaje local e incluyen la plantación de árboles por la memoria, la colocación de monolitos, placas y el nombramiento del jardín materno-infantil como María del Carmen Artero.

El 30 de agosto de 2013 se promovió institucionalmente la participación en una Campaña de Forestación "30.000 árboles por la memoria" organizada por Desarrollo Social. En INTI se plantaron unos 80 árboles y dos fueron colocados en homenaje a Giorgi y Artero sin ningún tipo de cartel o indicación. Hoy en día uno de los árboles, el plantado por Maria del Carmen Artero, está caído.

El 26 marzo de 2021, y en el marco del aislamiento social preventivo y obligatorio, institucionalmente el INTI participó de la campaña Plantando Memoria, con la colocación de tres árboles y placas en memoria a Alfredo Giorgi, María del Carmen Artero y Mario Villani a quién se homenajeó a un mes de su muerte. La actividad contó con la participación de familiares, trabajadores, jubilados, representantes de los gremios y autoridades.

El 27 de junio de 2022 y en el contexto de los 50 años del jardín materno infantil del Parque, se colocó el nombre María del Carmen Artero al establecimiento. Lo que motivó esto fue que María del Carmen era una de las impulsoras, junto a otros trabajadores y trabajadoras, de su creación. La iniciativa quedó registrada en la Resolución Acta CD N°1387. Hasta entonces el jardín no tenía nombre.

“Marcas y territorios de la memoria son producidos en el marco de procesos sociales y políticos atravesados por pugnas entre una pluralidad de actores con diversas legitimidades e intereses en juego. El sustrato de ambos conceptos, la idea de territorio, remite a la práctica de conquista, señala la historicidad de las fronteras, y “trae la carga simbólica del límite impuesto y establecido por la política” (Besse y Varela, 2013: 259).

Lxs invitamxs a hacer un recorrido fotográfico por esta territorialidad. 

Archivo de la Memoria y los DDHH del INTI
Archivo de la Memoria y los DDHH del INTI
archivomemoria@inti.gob.ar
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