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2022-04-06

PERFIL

“Siempre un pedacito de tu historia quedará como huella entre los verdes caminos del parque”

Héctor Stoll, o “Poly”, como lo conocemos lxs intianxs, fue durante su vasta trayectoria en Protocolo uno de los encargados de organizar las tradicionales entregas de medallas a los compañerxs que inician su jubilación. Luego de 48 años, le toca ser el homenajeado con despedidas llenas de emoción, un festejo sorpresa y palabras de inmenso afecto que su ex compañera y amiga, Haydée Perrone, comparte en esta carta.

Despedida sorpresa

Comenzaba el verano de 2005. Una mañana calurosa, de esas típicas de enero, Héctor Stoll se acercó al edificio 5, contrafrente, donde en esos tiempos funcionaba allí la vieja oficina de Relaciones Institucionales.

Héctor se hacía presente en lo que sería su nuevo espacio de trabajo. Él venía con un pase interno del sector Ediciones, donde había trabajado por más de 30 años.

Hasta entonces, el “Polaco” -así lo apodaban sus compañeros por el rubio de su pelo- se mezclaba entre papeles y tintas…

Ediciones era un sector formado en su mayoría por hombres quienes, entre la música del día mezclada con el ruido de las máquinas, discutían sobre autos o sobre si el penal del domingo había sido bien cobrado y sobre otros tantos temas del día a día mientras se imprimía, se encolaba, se troquelada y se armaban las cajas con los folletos de los centros.

Esa mañana de verano Héctor se acercó algo tímido, un poco melancólico y otro poco desconcertado a la oficina de RRII donde dos mujeres lo recibieron mientras un muchacho, muy silencioso, tipeaba algo en la compu resguardado en un rincón.

Todo era nuevo para él. El calendario anual de eventos, el resumen de prensa, las exposiciones en todo el país que llegaban a un ritmo tan vertiginoso como la charla que esas mujeres intercambiaban, muchas veces casi sin levantar la vista del teclado.

Lo primero que recibió “el Polaco” fue la propuesta de cambiar su nombre ya que iban asomando varias canas en ese rubio dorado y su apodo ya no lo representaba. Polaco iba a ser reemplazado por otro apodo más cariñoso: Poly; así lo reconocerían las nuevas generaciones …

Y fueron pasando los días. Y cada mañana, mientras Poly convidaba a cada uno de sus compas un mate con azúcar caramelizada que él mismo producía los fines de semana antes de prender el fueguito, se fue interiorizando con el trabajo y el ritmo de esa oficina. 

Antes de ingresar a Protocolo, Poly, por entonces "el Polaco", como lo apodaban sus compañerxs, trabajó durante 30 años en Imprenta

Atento, tranquilo y siempre sonriente fue encontrando su lugar defendiendo ese traje institucional que lució en varias ocasiones, ya sea atendiendo un stand, recibiendo una delegación u oficiando de locutor digno de cualquier alfombra roja.

El grupo fue creciendo con el ingreso de nuevos compañeros y se consolidó como el “equipo de Protocolo” cuando en el 50º aniversario de INTI se presentó la posibilidad de viajar por varias de las provincias argentinas preparando a contra reloj cada presencia institucional o cada evento conmemorativo.

Junto a sus ex compañeras de Protocolo Graciela Zuccareli, Belén Rosic, Gabriela Sánchez y Haydée Perrone

Y ese grupo se afianzó y funcionó muy bien no sólo por el trabajo, sino porque simplemente nos teníamos los unos a los otros como único objetivo. Y ya no importaba pasar fines de semana enteros en INTI, preparando carpetas, colocando banderas por todo el predio o ultimando detalles de eventos para llegar el lunes y que todo saliera de acuerdo con lo planeado. Cada uno aportaba lo suyo. Y el Poly contribuía con su serenidad en momentos de locura.

Los días pasaron, el reloj implacablemente fue avanzando, algunos compañeros cambiaron de sector, otros nuevos llegaron y así fueron transcurriendo todos estos años cada uno con pasos propios.

Hoy, Poly querido, llega el momento de bajarse en la estación jubilación y dejar que el tren siga su recorrido. Es el momento de unas vacaciones prolongadas y de disfrutar todo lo que la vida tiene para sorprenderte. Llega el momento de mirar hacia adelante con nuevos desafíos, sueños y proyectos. De hacer lo que quizás dejaste pendiente o simplemente no hacer nada. 

Y al mirar hacia atrás, por favor, recordá contarle a ese chico rubio de 18 años que un 23 de mayo de 1974 entró como cadete en el sector Despacho, que en INTI creciste, aprendiste y fuiste inmensamente feliz. 

Y que, aunque hoy comienza otra etapa de tu vida, siempre un pedacito de tu historia quedará como huella entre los verdes caminos del parque.

¡Feliz jubilación, feliz vida!

Con todo cariño,

Haydée Perrone

 

Hayée Perrone
Ig: @abuelaaire
haydeeperrone@hotmail.com
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