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2022-04-08

TALENTOS INTIANXS

¿Qué hago con tanto tiempo libre?

Siempre inquieta y llena de energía, Haydée Perrone dejó su huella en INTI durante 40 años, desde sus inicios en el jardín de infantes, luego en Protocolo y más tarde en Tecnologías de Gestión. Esa vitalidad la llevó a publicar, en épocas de jubilación, cuatro libros infantiles, uno dedicado a cada nietx, y luego un cuento para adultos que fue seleccionado para la Antología “Mujeres empoderadas” junto a nueve autoras.

Haydée

Después de casi 40 años un día decidí irme de INTI con el retiro voluntario y dos años después llegó mi tan esperada jubilación.

Esa idea de dormir hasta cualquier hora (aunque rara vez pasé las 8 am), hacer algunos cursos de manualidades, jardinería y escritura creativa fue algo que pude cumplir.

También me recomendaron una página gratuita que enseñaba idiomas y me anoté en italiano; y luego tomé algunas clases de piano, una de mis asignaturas pendientes.

Ese tiempo, pandemia de por medio, perseguí problemas que no eran tan problemáticos, encontrando soluciones que no solucionaban nada, pero fundamentalmente respirando el perfume de la libertad.

Esa libertad para mi espíritu inquieto no fue suficiente y un día decidí empezar a escribir cuentos y poemas para chicos.

Todo surgió cuando mi primer nieto Thiago se cayó y se golpeó muy fuerte la pera. En medio de su llanto y viendo la compotera con frutas que tenía sobre la mesa, le pregunté si las otras frutas también se habían lastimado y qué dijeron el durazno, las frutillas y la sandía cuando vieron a la pera lastimada.

Ver su cara y su sonrisa entre las lágrimas, mientras los hilos de la herida asomaban debajo de la gasa, fue un disparador.

Mi idea era escribir ese cuento que titularía “Yo no me lastimé”, una divertida conversación entre las frutas ilesas y la pobre pera, y ponerle algunas ilustraciones.

Después pensé que podía sumar los cuentos que inventé para mis cuatro hijas, otros que fui adaptando y contando a lo largo de los años que trabajé como maestra jardinera en el jardín de INTI, y uno más que se me ocurrió una mañana volviendo por la ruta, e imprimírselos.

Cuando terminé de escribir esos ocho cuentos, me contacté con una correctora de literatura infantil, quien me sugirió si no quería publicarlos en un libro con una editorial.

¡Qué desafío tan grande!

Empecé a investigar un poco. Por suerte muchos amigos de INTI me orientaron sobre Propiedad Intelectual, diseño gráfico, imprentas y tipos de letras, ilustraciones a mano o digitales, pixeles de acuerdo al tamaño del dibujo, gramaje y tipo de papeles.

Todo era nuevo para mí. Mucho investigué y mucho aprendí durante ese proceso creativo.

Me contacté con una ilustradora, y realmente fue mucha la emoción cuando después de algunos bocetos pude encontrar reflejado, tal como lo imaginaba, cada escena o personaje del cuento.

El día que llegó a mi casa la prueba de galera, que es la versión en papel del libro ya finalizado, fue inolvidable.

Así nació para mi nieto Thiago “Cuentos para Thi”, un libro con muchos dibujos y una narración simple, cuentos bien de abuela para escuchar antes de dormir.

Creí que ahí había terminado mi experiencia como “escritora” hasta que mi segunda hija me compartió la feliz noticia de su embarazo.

Pensé entonces escribir un libro con rimas más cortas, con un estilo diferente de escritura que también tuve que aprender.

Como el nombre de mi segundo nieto no estaba definido (pero mi emoción superaba cualquier tiempo de espera) surgió “La gata Mandarina y otras rimas”, dedicado a mi pequeño Baltazar, mi segundo nieto.

Emma y Satí, mis dos nietas, llegaron al otro año. ¿Cómo no dedicarles un libro a ellas?

Siguiendo con las rimas y pensando en los temas que quería trasmitir: adopción y cuidado de mascotas, cuidado del ambiente, reciclado, comidas sanas, caprichos y otras emociones, trabajo en equipo y familia, entre otros, pude concretar dos sueños más y así “Poemas para Emma” y “Para ti Satí” fueron mis últimas creaciones.

Los cuatro libros fueron pensados como un regalo souvenir de nacimiento, pero como la tirada mínima era superior a los amigos y familia que recibirían ese presente, los libros empezaron a tomar otro rumbo: algunos fueron donados a jardines de infantes, hospitales y comedores, otro llegó a una escuelita especial de Córdoba donde una nena de nueve años lo dio a conocer a través de lenguas de señas y otros pude venderlos para seguir con esta tarea que me llena el alma.

En el medio de ese camino de literatura infantil, mi cuento para adultos “Truco, retruco” fue seleccionado para una Antología que se llama “Mujeres empoderadas” junto a otras nueve autoras.

Thiago me bautizó abuela Aire (Haydée parece que era un nombre difícil para él) y lo adopté.

Disfruto creando historias y disfruto cada libro que llega a un nuevo lector.

Me fui de INTI con la idea de hacer miles de cosas, también pasé por el tiempo de no querer hacer nada, y casi sin pensarlo tengo cuatro tesoros en mi vida y en mi biblioteca.

Ahora ya sé qué hacer en el tiempo libre: puedo seguir volando con mi imaginación hasta el infinito y más allá.

Haydée Perrone
Ig: @abuelaaire
haydeeperrone@hotmail.com
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