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2021-08-17

30 DE AGOSTO, DÍA INTERNACIONAL DE LXS DETENIDXS DESAPARECIDXS

Crónicas y testimonios de las desapariciones forzadas de trabajadores de INTI

La reconstrucción de la historia institucional es un proceso de construcción colectiva y permanente. La memoria, de la voz de los trabajadorxs del INTI, es lo que hace posible terminar de completar ese rompecabezas que -por momentos- parece perderse en una línea de tiempo nubosa. En el marco del Día Internacional de las Víctimas de Desapariciones Forzadas, recuperamos algunas voces de quienes pusieron el cuerpo y la palabra para que la verdad no sea olvidada.

Testimonios
Portadas y fotografías de artículos que relatan parte del terror vivido por nuestras compañeras y compañeros durante la última dictadura militar

Establecido por la Organización de Naciones Unidas (ONU), el 30 de agosto es el Día Internacional de las Víctimas de Desapariciones Forzadas, una jornada que tiene como fin recordar a las personas detenidas, ocultadas y desaparecidas en el mundo. Una fecha para continuar exigiendo verdad, justicia y honrar la memoria de las compañeras y compañeros que hoy en día se encuentran en condición de desaparecidos. El INTI no estuvo ajeno a esta situación, es por eso que compartimos algunas experiencias y testimonios recabados en el marco del Archivo Institucional de la Memoria y los Derechos Humanos que estamos comenzando a construir.


“Entré a trabajar al INTI en 1980, hacia fines de la dictadura. Primero nos conformamos como junta interna, en ese momento el único sindicato era UPCN, y luego de las elecciones de 1983 vimos la necesidad de dar inicio a una Comisión de Derechos Humanos con el objetivo de reparar el daño que la dictadura había ocasionado en el instituto y visibilizar lo ocurrido”, indica Graciela Abuin del Departamento de Almacenamiento de la Energía del INTI, quien agrega que para ese entonces un grupo de compañeros y compañeras comenzaban a reunirse fuera del instituto, en Parque Saavedra, para conformarse como cuerpo de delegados y organizar algunas actividades gremiales. “Así, nos rearmamos y comenzamos a realizar cada año, en la puerta del Instituto, un acto en conmemoración a Alfredo Giorgi. Era algo muy fuerte”.

Recordemos que Alfredo Giorgi fue secuestrado en el Parque Tecnológico Miguelete, detenido a la luz del día frente a sus compañeros, por un grupo de tareas que contó con la complicidad de las autoridades institucionales del gobierno de facto.

Al momento de su detención tenía 33 años, era militante montonero y por testimonios de ex detenidos, se supo que fue llevado al Centro Clandestino El Olimpo.

“Ese día estaba trabajando en INTI y me vienen a avisar que Alfredo fue detenido. No supe qué hacer, fue desesperante” resalta Rodolfo Liberman, ex trabajador de INTI textiles y cuñado de Alfredo. “Ese día mi hermana, que estaba embarazada de su segundo hijo, estaba viniendo al PTM a buscar a Alfredo porque él se había olvidado el DNI en la casa y en esa época no se podía andar sin documentos. Sabía que llegaría a las 16 horas así que decidí esperarla a metros de la entrada del parque, para que no ingresara al INTI y contarle lo ocurrido. En ese entonces, Susana, mi hermana, tenía un Fiat 600. Aún recuerdo el auto venir hacia mí. A Alfredo lo secuestraron el 27 de noviembre de 1978 y el 28 de diciembre nació Martín, su hijo menor”.

De acuerdo a palabras de Liberman, en ese entonces fue el profesor Rafael Steinberg, junto al ingeniero al ingeniero Rubinstein, hoy en día ambos fallecidos, quienes se arriesgaron y realizaron la denuncia sobre la detención de Alfredo Giorgi en el juzgado de San Martín.

Según recuerda Graciela Abuin, al principio solo se conmemoraba a Alfredo porque se desconocía el secuestro de María del Carmen Artero: “Ella ya no trabajaba en el INTI cuando fue secuestrada. Fue el motivo por el cual supimos tarde de su desaparición”.

María del Carmen Artero de Jurkiewicz tenía cuatro hijos cuando fue detenida. Era católica, militaba en la villa y trabajaba en INTI Química desde muy joven. Durante el tiempo que formó parte del instituto integró la junta interna e impulsó la creación de una guardería (hoy jardín) en la sede central del INTI. Al momento de su secuestro, el 11 de octubre de 1978, formaba parte de Montoneros. María del Carmen fue detenida junto a una de sus hijas, Cristina, de 18 años. Ambas fueron trasladadas al centro clandestino de detención El Olimpo. Con los años sus familiares supieron que  Raimundo Izzi, cuñado de una de las hijas de Artero integrante de la Policia Federal, fue quien la entregó. Hoy en día Izzi se encuentra libre,  sobreseído por la justicia desde el año 2015.

El compromiso de Artero iba más allá de la militancia gremial. Ella fue testigo del asesinato del cura Mugica. “Durante el fatídico sábado 11 de mayo de 1974, una ráfaga de ametralladora asesinaba a Mugica cuando salía de la parroquia San Francisco Solano, tras celebrar misa. Allí se encontraba María del Carmen, su estrecha colaboradora. Ella ayudó a cargar los cuerpos de Mugica y de Ricardo Capelli, amigo del sacerdote, también herido, en el Citroën de un vecino”. (Fuente: “La carta testigo”). María del Carmen sabía que era buscada, por eso había solicitado licencia sin goce de sueldo en el INTI, para evitar que la encontraran y detuvieran en su trabajo.

"Tanto Mario Villani, como mamá y Alfredo Giorgi estuvieron secuestrados en el mismo momento en El Olimpo. De acuerdo a palabras de un compañero sobreviviente que conocí, mamá y Alfredo fueron trasladados y asesinados juntos", relata Cristina Jurkiewicz, hija de Maria del Carmen Artero.

Hacia 1975 Mario Villani, físico licenciado en la Universidad Nacional de La Plata, se mudó a Buenos Aires para escapar de las amenazas de la Triple A e ingresó a trabajar en la Comisión Nacional de Energía Atómica (CNEA). Al poco tiempo, en abril de 1976, uno de sus amigos y compañero de militancia, el físico Antonio Misetich, es detenido en el propio predio de la CNEA. A partir de ese momento Mario renuncia y comienza a dar clases de manera privada. Cuando fue secuestrado en 1977 llevaba un tiempo viviendo solo para no poner en riesgo a su familia “(...) estaba aislado de su compañera y amigos y con temor a ser localizado” (Fuente: Desaparecido. Memorias de un cautiverio).

Mario estuvo casi cuatro años secuestrado, desaparecido en manos del terrorismo de Estado. Pasó por cinco campos de tortura y exterminio en los que fue usado como mano de obra esclava. Desde el Juicio a las Juntas en adelante declaró infinidad de veces, aportó nombres, pruebas y piezas al rompecabezas de la memoria, y también coescribió el libro Desaparecido. Memorias de un cautiverio. Club Atlético, El Banco. El Olimpo. Pozo de Quilmes y ESMA. Recuperada su libertad Villani comienza a trabajar en el Centro de Física del INTI hasta su jubilación. También fue miembro del grupo encargado de la recuperación arqueológica de las ruinas del antiguo centro clandestino de detención Club Atlético, ubicado en Buenos Aires. Mario murió este año, en febrero, dejando un aporte invaluable en la recuperación de la memoria. Muchos de los que trabajamos en INTI desde hace años no conocíamos a Mario Villani, ni a su legado. ¿Cómo fue posible olvidar su testimonio, humanidad y compromiso?


Tras la huella de nuevos relatos

Recientemente los periodistas Eduardo Anguita y Daniel Cecchini publicaron una nota sobre el plan de persecución, cesantías y desapariciones que se vivieron en la CNEA durante la dictadura. En ese texto se nombra a Máximo Victoria, egresado del Balseiro, quien estaba de licencia en la CNEA y formaba parte del INTI hacia marzo de 1976. Máximo, al igual que otra centena de trabajadores fueron cesanteados en el INTI a pocos días de ejecutado el golpe “(...) Cuando se presentó a trabajar, el nuevo interventor de esa entidad (el INTI) le dijo que debía presentarse en la CNEA. Recorrió las pocas cuadras que había de distancia entre ambos organismos y lo recibió Castro Madero. Era el mismo día en que el capitán de Navío había asumido. Fue el día en que detuvieron ilegalmente a Victoria. Lo secuestraron junto a otras ocho personas, desde la propia CNEA, de donde fue sacado a punta de fusil de la oficina del jefe de logística del organismo, que era un capitán de navío. Los llevaron al buque Bahía Aguirre, donde permanecieron veinte días, sometidos a interrogatorios y tortura. Luego de gestiones realizadas en el país y el exterior, fueron puestos a disposición del Poder Ejecutivo y, sin causa penal abierta, los llevaron a la cárcel de Villa Devoto. En septiembre de 1976, Victoria fue trasladado al penal de Sierra Chica (...) Mientras estuvo en prisión, fue visitado en varias oportunidades por un alto oficial que les acercaba documentos con problemas técnicos para que se los resolvieran”. (Fuente: La brutal sangría de la dictadura en la Comisión de Energía Atómica: cesanteados, desaparecidos y un plan bélico delirante).

La historia de la humanidad es también la historia de los errores (y horrores) llevados adelante por el hombre. La desaparición forzada, utilizada como una estrategia para infundir terror en los ciudadanos, no es una excepción, sino más bien es una práctica macabra que afecta a familiares y amigos de la persona “desaparecida”, sino también a la comunidad y al conjunto de la sociedad. Recordar lo vivido, poner en circulación la palabra, compartirla, ayudar a sortear el silencio, la soledad y el terror de haber sido testigos de un pasaje oscuro de nuestra historia, no sólo nos fortalece como sociedad, sino que despabila en cada ocasión la necesidad de sostener el “Nunca Más”.

Por tal motivo los invitamos a compartir sus relatos, vivencias o fotografías con toda la comunidad de intianxs escribiéndonos a archivomemoria@inti.gob.ar.


Agradecemos la colaboración de Graciela Abuin, Rodolfo Liberman y Cristina Jurkiewicz. A ellos y a de todes los trabajadores y trabajadoras que nos acercaron su aporte para la redacción de la presente nota, les agradecemos por su valiosa participación.

Valeria Montenegro
INTI Comunicación
archivomemoria@inti.gob.ar
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