EL JARDÍN DEL PTM, EN CASA
La llegada de la pandemia sorprendió al Jardín justo en el núcleo de su razón de ser: el vínculo presencial y estrecho del personal con los niños, niñas y sus familias. Y también en un momento muy particular como es el inicio del ciclo escolar. Cómo fueron sorteando los distintos obstáculos, y cómo encaran el desafío de reinventarse sobre la marcha.
El Jardín Materno Infantil del PTM es parte de la historia del INTI, y no cualquier parte: surgió por iniciativa de un grupo de mujeres en 1972 que, frente a la necesidad de que sus hijos e hijas contaran con un espacio de contención que les permitiera a ellas cumplir su jornada laboral, se propusieron como voluntarias para las tareas de cuidado. Con un ingenioso sistema “rotativo” y la orientación de una psicopedagoga, las madres se turnaban entre el trabajo laboral, y el trabajo de atender a los más chiquitos. Unos años después se logró la institucionalización del actual Jardín Materno Infantil que hoy brinda un proyecto educativo integral que ha obtenido varias menciones y reconocimientos.
La llegada de la pandemia sorprendió al Jardín justo en el núcleo de su razón de ser: el vínculo presencial, humano y estrecho del personal con los niños, niñas y sus familias. Y también en un momento muy particular como es el inicio del ciclo escolar, por lo que las familias que ingresaron este año no llegaron a tener su período de adaptación, y los niños que habían cambiado de sala hacía pocos días, recién empezaban a conocer a sus nuevas maestras.
“Repentinamente nos encontramos totalmente aislados, desvinculados como equipo de trabajo, y sin una plataforma virtual preexistente a la que recurrir, como sí pudieron resolver rápidamente otras instituciones educativas” relata Alejandra Roggiani, directora del Jardín.
Pero no se quedaron quietos. El primer paso fue consultar al Departamento de Infraestructura y Comunicación Informática del INTI, quienes les sugirieron utilizar la plataforma Teams: maestras del maternal y del jardín, los profesores de educación física, la médica pediatra, la licenciada en psicología, los cocineros, la dirección y las secretarias pudieron volver a reunirse. “Fue un primer momento de catarsis y también de propuestas. Pudimos expresar y escuchar nuestras inquietudes, dificultades, disponibilidades y también fue muy enriquecedor el intercambio de ideas e iniciativas a partir de las cuales se empezó a planificar el mejor modo de retomar el vínculo” recuerda Alejandra.
Así dieron inicio a distintas plataformas y soportes según la pericia personal y posibilidad de cada integrante del equipo y del tipo de actividad que iban a realizar: grupos de mails y grupos de WhatsApp, Blogs y páginas de Facebook empezaron a formar parte de la jornada escolar para esta comunidad educativa.
Todas las propuestas fueron muy bien recibidas a medida que iban surgiendo, pero con el correr de las semanas la participación de las familias comenzó a disminuir, poniendo en evidencia un enorme universo de factores que estaban más allá de la voluntad y el esfuerzo de docentes, madres y padres: el problemas de conexión en los hogares, y falta de tiempo y de computadoras en familias que tenían que resolver, con un solo equipo, el trabajo de los adultos y la escolaridad de sus hijos/as. Tareas laborales, responsabilidades, obligaciones por un lado, y tareas escolares, personales, familiares, de salud y de recreación por otro… todo mezclado en un mismo espacio acotado puertas adentro, y en un contexto de incertidumbre puertas afuera.
En este ir reinventándose sobre la marcha, la inquietud que en un principio se centraba en qué y cuánto enseñar en relación a los contenidos curriculares previstos, con el correr de los meses se fue transformando en la de cómo mantener el vínculo activo y dinámico con las familias. Cómo sostener el vínculo humano con los chicos, y de éstos con sus maestros pero también con sus compañeros y compañeras.
Hacia esa meta se encararon los nuevos proyectos, y a principios de junio elaboraron una encuesta que fue muy bien recibida por las familias donde tuvieron la oportunidad de contar su situación, y también resultó ser un canal que vehiculizó devoluciones positivas y enriquecedoras que ayudaron al jardín a dar un giro en su propuesta, considerando las diversas situaciones planteadas, y todas las sugerencias recibidas.
Se inició así, entre otras cosas, la producción de videos donde docentes y auxiliares narran cuentos, juegan, cantan, pintan, dramatizan historias, hacen circuitos de ejercicio, los chefs comparten recetas y muestran cómo cocinan la comida que los chicos ya conocen, y continuaron con las reuniones por Zoom para sala de 5. De a poco volvió a aumentar la participación en estos espacios, y al día de hoy siguen encarando juntos este gran desafío para todas las partes.
“Es una experiencia enriquecedora porque aún en estas circunstancias de aislamiento social, preventivo y obligatorio, el flujo de información y comunicación se mantiene. Y si bien siempre se puede mejorar, estamos cumpliendo la meta de escuchar, informar y acompañar a las familias y a los niños y niñas” destaca el Equipo de Orientación del Jardín, conformado por la licenciada en psicología Guadalupe Roldán, y la médica pediatra Giovanna Malomo, quienes crearon el blog informativo y de prevención específico para este período tan particular.
“Creemos que todo este tiempo, así como nos preocupó y nos hizo reformular y adaptar nuestra tarea docente, también nos hizo más fuertes, nos acercó nuevas herramientas y recursos para seguir adelante con este vínculo primordial que es familia-jardín. Esperamos ansiosos el momento en que podamos volver a encontrarnos en un espacio seguro, todos juntos en nuestro rincón” concluye la directora.
Toda consulta o inquietud sobre el Jardín, se pueden dirigir a la Directora, escribiéndole a roggiani@inti.gob.ar.
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