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César Gutiérrez √ áåí~JéêçÜìÉêí~=~Éê=åÉìèì¨å=√ cesargutemberg@yahoo.com.ar Laura Álvarez √ áåíá=åÉìèì¨å=√ lalvarez@inti.gob.ar María Julieta Calí √ áåí~=~äíç=î~ääÉ=√ jcali@correo.inta.gov.ar
Elpdroeyveecntior dcoeluecntivo
En este artículo se cuenta, en primera persona y con distintas voces, la búsqueda cotidiana y la puesta en práctica de un modelo de trabajo entre organizaciones de productores y técnicos de distintas instituciones, en pos de un desarrollo rural inclusivo en Senillosa y Plottier. La experiencia lleva casi cuatro años de continuidad y se destaca por su fuerte impronta en lo humano, lo interinstitucional y lo multidisciplinario
El caso que presentamos aquí se sitúa en las localidades de Plottier y Senillosa, en el circuito periurbano y rural, e involucra a cuatrocientas familias en una superficie aproximada de mil hectáreas. Desde OMMT existe en ese lugar un acuerdo entre organizaciones de pequeños productores familiares y organismos del Estado Nacional, Provincial y Municipal, para sumar acciones en un proyecto que incluya la visión de los pobladores locales en la definición de su desarrollo social y productivo.
Desde una sintonía de propuestas de distintas instituciones, junto a los productores actuamos un equipo de técnicas y técnicos de áåí~ Prohuerta, áåíá y Subsecretaría de Desarrollo Rural y Agricultura Familiar (ëëÇêó~Ñ), dando forma colectivamente a una estrategia de intervención que apueste a consolidar los vínculos humanos, la confianza y solidaridad de las capacidades individuales y colectivas, y que permita un crecimiento compartido para el bien de toda la comunidad1.
Los objetivos del proyecto son: - Fortalecer la organización de los pequeños
productores familiares y minifundistas. - Promover y mejorar el ejercicio de gestión y uso
participativo e interinstitucional de los recursos económicos, naturales y sociales. - Propiciar la generación, el rescate y la apropiación de tecnologías productivas. - Generar y consolidar espacios de encuentro e intercambio de experiencias tecnológicas y organizacionales entre estas organizaciones de pequeños productores y sus pares de la región y el país. - Sostener y potenciar desde la interinstitucionalidad la mayor oferta de tecnologías y recursos apropiados para el sostenimiento y mejoramiento de la producción local.
1 Para mayor información sobre esta experiencia, véase la edición Nº 60 de F&D, disponible en www.inta.gov.ar/altovalle
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Una nueva mirada del trabajo de extensión En áåí~, desde hace años se viene propiciando la construcción de una visión de la extensión y el desarrollo que contemple otras variables, además de la económica o productiva, y que esté a la altura de las demandas territoriales actuales. Es bien sabido que el modelo de crecimiento expresado en los noventa, con su exclusividad en los procesos empresariales y a la espera de un crecimiento que se “derrame” e incluya a todos dejó al margen del sistema a una parte importante de la comunidad. Esta realidad significó para el Estado nacional una demanda y un desafío, a fin de generar respuestas concretas desde la consolidación de políticas públicas que resignifiquen y reconstruyan su rol desde la inclusión con equidad.
Cuando comenzamos a trabajar en Senillosa-Plottier, surgieron problemas que nos interpelaron a dar una respuesta. A fin de evitar que se superpusieran acciones o se generaran “espacios vacíos de intervención”2, a partir de OMMU diseñamos, entre todos, algunas ideas y estrategias para aportar al desarrollo de tecnología productiva y organizacional, tal como lo venían planteando institucionalmente áåí~-Prohuerta, áåíá y el Programa Social Agropecuario (éë~), pero con la necesidad de innovar en la propuesta de extensión.
“Articular, articulamos todos”, es lo que alguna vez escuchamos. Ahora bien, articular –es decir, relacionarnos y trabajar juntos- sin temor a que nuestra práctica se desdibuje, aceptar compartir el “cartel”; que se logren pensar y acordar líneas de acción conjunta, todo esto requiere de mucha discusión. Y, naturalmente, implica exponer ante los otros las propias intenciones y limitaciones, a fin de que la articulación sea una realidad.
Por eso, la idea fue construir una mirada que superara las visiones fragmentadas de la intervención aislada de cada institución en un mismo lugar, pero contemplando, a la vez, la necesidad de revisar permanentemente las especificidades de cada institución.
2 Rafael De Rossi - “Desarrollo local en Río Colorado. ¿Un sendero viable? F&D Nº 51
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Innovar, entonces, para este equipo significó demostrar que las acciones en terreno fueron, a la vez que una respuesta organizada a la situación diagnosticada como dificultad o problema (superposición de acciones-espacios vacíos de intervención), también una novedad en la modalidad de estructurar los equipos de trabajo.
De la lectura de la realidad surge que ésta siempre se presenta con obstáculos. “Turbulenta”, dicen algunos. En la lista de dificultades aparecen algunas ligadas a la tecnología no disponible o no apropiada, estructurales como el acceso a la tierra o el agua, de infraestructura, etc. Pero cuando pensamos o concebimos un espacio de articulación salen a la luz otros problemas: de grupo, de organización, metodológicos, humanos... y muchas veces los sistemas de extensión son débiles en el tratamiento de este tema, ya que se prioriza lo “urgente” entendido como “externo” y se cae en la contradicción cotidiana de arengar a los productores a “organizarse o juntarse”3 sin asumir como propia esta recomendación.
La articulación real en este caso surgió desde el vínculo y la integración, comprendida como la oportunidad de generar conocimientos apropiados a la demanda territorial desde lo colectivo, incorporando herramientas de la educación popular en talleres mensuales junto a productores y técnicos, donde se ensayan respuestas que, a modo de referéndum permanente, son enriquecidas por todos y todas. Las variables técnico productivas, sociales y laborales también son objeto de tratamiento en equipo, priorizando la equidad y lo humano hacia adentro.
faena, falta de agua o inseguridad jurídica en el acceso a la tierra4.
- Las condiciones subjetivas de técnicos y técnicas, en tanto trabajadores, en el entendimiento de las condiciones laborales e institucionales en las que se encuentran: desigualdades en las modalidades contractuales (contratos de locación), cambios en la estructura de gobierno de los programas, mayor y variada demanda, recursos insuficientes, etc.
EQUIPO TÉCNICO
Subsecretaría de Desarrollo Rural y Agricultura Familiar Jorge Águila Fabricio Girolimini Horacio Calcagni Carlos Melideo
Instituto Nacional de Tecnología Industrial Laura Álvarez Valeria Henriquez Alejandra Oses
INTA-Prohuerta César Gutiérrez Marcelo González Mercedes López Saubidet
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La estrategia de intervención continúa hoy. No solo creemos que debemos sostenerla sino que intentamos enriquecerla desde su origen, acompañando los procesos de las organizaciones de productores familiares, valorando la capacitación como herramienta de cambio y, por sobre todo, desde la articulación y la gestión interinstitucional, logrando un abordaje integral. Con el paso del tiempo fuimos incorporando cambios o imprevistos a lo planificado formalmente en nuestros proyectos y en el hacer.
Así, pasamos por momentos en los que creímos que con nuestro trabajo podríamos resolver todos los problemas, a momentos en los que nada salía y la responsabilidad era de “los otros”. Si bien sabemos que esa especie de “esquizofrenia” de la extensión siempre se presenta en alguna instancia, nuestra fortaleza como equipo es compartir, a pesar de todo, miradas y acciones: justamente es aquí donde la estrategia se complejiza y consolida resultados.
De esta manera contemplamos y asumimos: - Los desafíos técnicos que representa producir en con-
diciones adversas para la agricultura familiar, por la falta de maquinaria agrícola o infraestructura para
En cuanto a transformaciones se refiere, proponemos encuadrar este tema en tres testimonios: el de Valeria y Alejandra, integrantes del grupo técnico, y el de Juan, productor de la zona.
3 Rafael De Rossi - “Desarrollo local en Río Colorado. ¿Un sendero viable? F&D Nº 51
4 Rescatando como valiosa la explicitación de la dimensión política de la intervención y la práctica dialógica entre organizaciones de productores e instituciones, porque a través de su reconocimiento como sujetos políticos y sociales capaces de asumir la gestión de los procesos en los que están inmersos, es donde se establece la diferencia con las visiones más tradicionales de la práctica extensionista.
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O sea, lo bueno y lo no tan bueno se habló siempre desde el primer momento. Entonces es más fácil ponernos de acuerdo, y siempre nos fuimos dando un espacio para poder conversar las cosas y ver cómo íbamos a intervenir, o sea, nada de ir a improvisar. Nosotros vamos acompañando el proceso de los productores, no vamos decidiendo lo que ellos tienen que hacer. Eso también lo hace más dinámico.
¿Cuáles son las transformaciones más importantes que ustedes notan en los productores en los últimos tiempos?
Alejandra Oses y Valeria Henríquez acompañan técnicamente esta experiencia en Senillosa Plottier, desde el Instituto Nacional de Tecnología Industrial (áåíá).
¿Cómo se involucran en el proceso y qué cambios implicó en su forma de trabajo?
Alejandra: Nos acercamos a esta experiencia en OMMU. La convocatoria llegó a través del áåí~. Comenzamos a participar en algunas reuniones con la intención de ver cómo interveníamos en el lugar. En ese momento la unidad de extensión del áåíá era nueva a nivel nacional, o sea que no era algo en lo que se hubiera trabajado antes. En mi caso, yo venía de un laboratorio de microbiología. Así surgieron las primeras capacitaciones, talleres de alimentos, de formulación de proyectos, nos hicimos más conocidos y empezamos a aprender de otros técnicos con más experiencia, para articular y potenciar el recurso humano que había en cada lugar, porque no todos estamos formados para lo mismo y venimos de profesiones distintas”.
Alejandra: Que se hablaban individuales y ahora se hablan en grupos, en equipos, cada uno sabiendo lo que tiene que hacer y con las instituciones de referencia a las que ellos tienen que responder para poder lograr el objetivo final de cerrar su circuito productivo con el agregado de valor e insertar el pollo en el mercado. Además, hoy los productores manejan términos de medio ambiente, de recursos hídricos, de bromatología, conocen quién es la referencia adonde pueden dirigirse. Antes, ese escenario estaba ajeno a ellos, ya que desconocían el porqué los inspectores municipales les sacaban la mercadería en una feria, por ejemplo.
Valeria: Nosotros no empezamos a trabajar en China Muerta con una cooperativa sino con un grupo de productores que había formado una comisión. Entonces, podríamos considerar que el crecimiento que fueron teniendo no solo pasa por haber llegado a tener las instalaciones del matadero, sino por haber podido conformarse ellos como un grupo con determinada fortaleza, la que hoy los mantiene juntos, y la verdad que eso es admirable.
¿Qué se llevan ustedes de esta experiencia?
Valeria: El beneficio del trabajo en equipo, el contacto con el otro, el saber en qué está trabajando, el conocer su manera de intervenir. Eso te fortalece no solo en este proyecto sino en otros que van saliendo.
Valeria: Yo era becaria de saneamiento ambiental y trabajaba en otra área. Además de lo nuevo en la idea de la extensión en sí, el otro desafío fue coordinar con las demás instituciones. Para trabajar, la clave era aunar esfuerzos. Creo que ahí nos fuimos fortaleciendo.
¿De qué manera llegan a los acuerdos mínimos y la definición de acciones dentro del grupo interinstitucional?
Alejandra: En este caso se dio la facilidad de que fuimos todos bastante transparentes a la hora de trabajar.
Alejandra: Particularmente, el haber desarrollado la veta de la intervención en un territorio, con principiofin en muchas cosas y con un proceso largo de acompañamiento que va teniendo parámetros de evaluación que no rozan ni lo monetario ni los productos que nacen, sino que vos vas viendo el avance de la gente. Y el habernos formado como extensionistas en eso y potenciado esa formación de cada uno sin hacer distinción de disciplina ni de dónde veníamos. Eso te va dando más herramientas para superarte, para medirte, para crecer.
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cuada y cumpliendo protocolos de calidad5. Esto no solo los priva de comercializar formalmente sino que ha llevado a que la actividad disminuya, y, por ende, las posibilidades de mejorar su situación económica. En su caso, “antes producía RMM pollos, después QMM y ahora RM por semana”.
Por eso, un día “nos juntamos los productores y después de un tiempo empezamos a funcionar como comisión pro-matadero”, relata. Más adelante se consiguió un fondo de Nación a través de la Subsecretaría de Desarrollo Rural y Agricultura Familiar, “que nos alcanzó para construir hasta la mitad: hemos hecho la base, un puente de ingreso, el relleno para el terraplén, las paredes, la loza de arriba y parte del tanque de agua; hasta ahí llegamos, y hemos encargado una peladora nueva y dos mesas de acero inoxidable”. Para cubrir los aspectos legales formaron la cooperativa, cuya personería jurídica está en trámite. “Y ahora que llegamos a esta etapa, estamos viendo al Gobierno para terminar la infraestructura”.
“Terminar el matadero es una necesidad imperiosa para nosotros”, puntualiza Juan, “porque permitiría faenar mil pollos diarios y hacer derivados (milanesas, envasar al vacío). Está proyectado como de última tecnología, con luz, agua, gas, y nos solucionaría NMM por ciento la faena, porque lo manejaríamos nosotros con gente capacitada de por acá. Incluso no sería para la cooperativa sino para la gente de la zona”.
Juan Palma tiene SS años y es oriundo de Neuquén. Vive en China Muerta, paraje ubicado en la zona de Plottier, donde se dedica a la cría de pollos, además de su oficio de carpintero. Llegó al lugar en NVUU junto al “Padre José”, como todos llaman a un cura pionero ya fallecido, “cuando todo esto era un campo abandonado”, cuenta. Y fue uno de los socios fundadores de la primera cooperativa que hubo en el paraje, denominada “El Labrador”. Actualmente preside otra cooperativa, la de Productores Avícolas de China Muerta, entidad que nació a fines de OMNM con el objetivo de gestionar y conseguir fondos para la construcción de una sala de faena de pollos. Pero, previo a esto hubo mucho trabajo colectivo.
Juan tiene una característica muy notoria en su manera de decir las cosas: él siempre habla de “nosotros” y no de sí mismo. Con fluidez y tranquilidad relata que en la zona son aproximadamente cincuenta los productores de pollo, que la demanda es sostenida, pero que no tienen un establecimiento propio en el que faenar y elaborar otros productos derivados con la sanidad ade-
Dentro del proceso relatado se fue desarrollando un trabajo colectivo con técnicos de distintas instituciones. Charlas, espacios de debate, talleres sobre gestión y organización fueron algunas de las acciones. “Acá se ha formado un grupo muy importante que está colaborando”, resalta Juan, “y nosotros nos sentimos con ganas de hacer cosas. Además, tenemos otros proyectos, como una planta de alimentos y otra de maquinarias para la cooperativa El Labrador”.
El entrevistado recuerda que “el primer contacto con los técnicos se dio con el áåí~, en una capacitación de frutillas. Fue un jueves. Ahí le hablé a César (Gutiérrez) del tema de que necesitábamos un matadero y me dijo que el lunes estaban acá para charlar. Y así fue. Después apareció el áåíá y los otros técnicos y empezamos a trabajar juntos. Yo creo que sin el apoyo de ellos no podríamos haber hecho lo que hicimos, porque prácticamente nosotros vivimos en el campo, tenemos pocos medios, no estamos cerca de la ciudad. No obstante, todavía falta mucho para llegar a la meta”.
5 En la actualidad están usando una sala de faena destinada a porcinos, una vez a la semana, y deben conseguir certificados de veterinarios de la zona para poder comercializar sus productos.
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¿Cuál es esa meta?
“Vivir un poco mejor, eso es a lo que aspiramos todos. Llegar a algo económicamente más rentable. Hay mucha gente acá que la pasa mal, entonces queremos con estas organizaciones que todos vayan progresando, no solamente las cooperativas. Es que los proyectos, la vida que uno lleva son medio complicados acá en el campo, sobre todo porque no hay gas, no hay transporte. Entonces las cosas se van haciendo en grupo, aportando todos un poco. Y se están dando las cosas” –concluye“porque hace años atrás acá no había nada, y ahora la gente está produciendo huevos, frutillas, cerezas, lechones, pollos, hortalizas, miel, vino. Eso es bueno que se sepa, para que el Gobierno tome nota y trate de ayudar más a los productores”.
Juan se despide. Ahora sólo queda tomar una imagen que “vale más que mil palabras”. Frente a la futura sala de faena de pollos de China Muerta se alza un cartel que dice: “Aquí se construirá el nuevo matadero de los productores para los productores”. Al pasar por el predio, hasta el espectador menos atento puede captar la filosofía de esta comunidad que elige, por encima de los intereses individuales, mejorar su calidad de vida en forma asociada y comunitaria.
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Un final abierto
Al igual que en la nota publicada en esta revista en el año OMNM, donde contábamos este proceso desde el punto de vista organizativo, nuevamente hemos de concluir mencionando que “falta mucho camino por recorrer”. Y esta vez queremos compartir una reflexión que nos invita a asumir la práctica, y que es parte de la definición de extensión que se construye desde hace décadas: si intervenimos en el medio rural, ¿para qué lo hacemos? ¿para qué tipo de desarrollo? ¿para quiénes? ¿desde dónde hacemos Extensión rural? ¿cómo lo hacemos? ¿bajo qué presupuestos epistemológicos, metodológicos, político-institucionales y operativos intervenimos?6
Aportamos e invitamos a técnicos y productores a generar espacios donde juntos busquemos responder a estas preguntas y a otras que nos surgen al respecto. Creemos fervientemente en la necesidad de construir saberes de manera colectiva y ante todo rescatamos, desde esta pequeña experiencia, la necesidad de no asumir que estas preguntas ya tienen respuesta. ☼
6 Carlos Enrique Alemany, 2008 “Volvió la Extensión… ¡y se armó la discusión!”
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